¿Cuántos de nosotros hemos vivido esa tesitura donde no comprendemos lo que sentimos?
Cuando padecemos dolor, la incertidumbre es probablemente una fiel compañera que hace presencia. En este aspecto, dudamos de lo que es mejor para nosotros: ¿Reposar? ¿Realizar ejercicio? ¿Ir al médico? ¿Esperar? ¿Derrumbarnos y pensar que nuestro dolor es para siempre?
Probablemente, si eres pilatero entenderás lo que comento por haber vivido esta situación ya sea en tu piel misma o con alumnos.
Por esta misma razón, formarse mínimamente en neurociencia del dolor es primordial tanto para comprenderlo como para saber cómo actuar ante él: ya que no todos los dolores suponen algo serio y algo serio no tiene por que siempre implicar dolor.
No confundamos conceptos
La Asociación Internacional para el Dolor, nos lo define como
una experiencia desagradable tanto sensorial como emocional asociada a una lesión que puede ser real o potencial.
Como bien menciona, esta experiencia no tiene por que ir ligada en sí misma a una lesión. De hecho, en muchas ocasiones el dolor puede surgir previamente a modo predictivo para que tengamos una especial predilección hacia conductas de evitación y protección.
Además, si sometiésemos a una resonancia magnética a un grupo de personas sanas, un gran tanto por ciento de ellas presentarían alguna que otra protrusión discal, hernia o algún otro hallazgo que sabemos que no se relacionará con síntoma alguno. De hecho, Brinjikji y colaboradores observaron que a partir de los 20 años prácticamente 1 de cada 3 podría tener una protrusión discal aún no padecer síntoma alguno.
Muchos profesionales de hoy abogamos que gran parte de lo que percibimos patológico e identificamos como causa de dolor en realidad no lo es. Hallazgos que señalamos con el dedo son parte inherente del paso del tiempo y al igual que envejecemos por fuera, también lo hacemos por dentro.
Rescatando el hecho de que este envejecimiento no tiene que suponer una degradación de nuestras capacidades en el día a día y, mucho menos, el padecimiento de dolor, la evitación de toda actividad o la protección y fragilización de nuestras estructuras.
Exposición como protección
Pero Javier… ¿Qué tiene que ver esto conmigo, el pilates o el ejercicio? Encontraremos muchas personas que acuden al pilates o al ejercicio terapéutico para solucionar su dolor, sin embargo, muchos otros jamás accederán a ello por miedo a perjudicar su situación.
Curiosamente, sabemos y hemos evidenciado que la actividad física y la exposición al movimiento no es una contraindicación sino más bien un tratamiento que mejorará la condición de casi cualquier contexto.
Hemos comentado que envejecimiento no tiene que implicar protección. Respecto al dolor, ocurre algo similar. Hemos vivido demasiado tiempo bajo el paradigma del reposo absoluto y sabemos que esto puede aumentar la susceptibilidad de prolongar ciertas situaciones o incluso de hacer más probable la cronificación del dolor.
El reposo absoluto es gran parte de las ocasiones una contraindicación para una correcta recuperación y puede acabar muchas veces favoreciendo el miedo y la evitación de las personas aumentando la experiencia dolorosa.
La exposición sin comprensión no posee futuro
La educación en el dolor toma protagonismo cuando observamos que es esencial para vencer la primera barrera de la desinformación y la evitación de cara a empezar a bailar con la incertidumbre.
Esa exposición graduada que permitirá confrontar el dolor será ardua tarea si no contamos de antemano con una buena base educativa de soporte. Si los fundamentos de la casa que queremos construir no están asentados, se derrumbará ante cualquier inconveniente.
Para aumentar esa adherencia o sostenibilidad que queremos que tenga nuestro alumno o paciente para que mejore, será indispensable que entienda el dolor como lo que realmente es y de esta manera su consciencia sobre la temática le permitirá discernir con criterio.
Si quieres aprender más sobre ello para ayudar y llegar a más personas o estás interesado en esta temática, te recomendamos el webinar que impartió Javier Picañol el 28 de Octubre de 2021 y está visible para miembros del Club FuentePilates en nuestra zona privada.
Si aún no sabes qué es el Club o quieres comprobar si te interesa, aquí puedes acceder a la información sobre Club FuentePilates.
Nos vemos por allí si te animas. Un abrazo muy fuerte,
Javier Picañol