Si hace unos días os traíamos la noticia de la implantación de una sede BASI Pilates en Galicia –la tercera en España-, hoy os presentamos al artífice de todo esto: Antonio León Rodríguez, nacido en Trujillo (Perú) en 1989, afincado desde hace años en España, con gran energía y ganas de hacer las cosas bien.
FP.: Antonio, en primer lugar ¿qué es lo que te trajo a España?
A.L.: Inicialmente vine a Santiago de Compostela con intención de terminar aquí mi carrera en Psicología. No tenía previsión de que se tratara de algo definitivo pero, a la vista está que aquí me quedé y aquí sigo años después y muy contento por ello.
FP.: En esos primeros años tuyos en España, ¿ya estabas vinculado con el Pilates de algún modo?
A.L.: Antes de venir a España me había dedicado durante 2 años al Pilates, pero no había encontrado el entorno que realmente buscaba. Una vez en Santiago, descubrí Pilates Wellness & Energy. Creo que inicialmente lo que me cautivó fue su grandiosidad. Me dediqué entonces a viajar cada muchos fines de semanas y un verano completo a Madrid para realizar sus formaciones. Fue un amigo a quien conocí por redes sociales quien me presentó a los directores de aquella escuela. Después ya una cosa fue llevando a otra, me interesé por la oferta formativa de diversas escuelas, quise ir profundizando y… acabé estableciendo en España mi residencia permanente.
F.P.: ¿Cómo fueron entonces tus primeros contactos con el Pilates? Dices que estabas en Perú aún… ¿Quiénes son tus mayores referentes en este sector?
A.L.: Efectivamente, mi primer contacto con el Pilates fue en Perú. Siempre he estado intensamente ligado con el deporte. Fui nadador desde los 6 años y curioseaba con cualquier cosa que me pudiera hacer bajar mis marcas. En una de esas ocasiones me crucé con George, un entrenador alemán que vino a entrenar a mi equipo y que –para sorpresa de todos- nos sacó del agua para trabajar desde el tronco, desde el core. Él aseguraba que eso nos mejoraría la brazada, la potencia y, en definitiva, las marcas. Así que me interesé por el tema. Al preguntarle a George, de dónde provenían esos consejos me dijo que estaban basados en el Método Pilates. Fue entonces cuando busqué en mi país lugares donde pudiera aprender más. Lo cierto es que apenas había nada pero encontré un gimnasio con un departamentito de Pilates. En él había un profesor que estaba en formación en México. Por aquel entonces, yo tenía 16 años y estaba deseoso de ser económicamente independiente. El profesor se ofreció a enseñarme todo y ponerme de ayudante en el estudio. Yo vi mi oportunidad, y acepté, sin tener idea alguna de lo que iría viniendo después.
FP.: Muy temprana tu incorporación al mundillo, como también tu iniciativa empresarial. Ahora, y desde hace ya años, tienes una empresa propia. La incertidumbre no parece pararte, ¿cómo haces para vencerla?
A.L.: Al principio lo que yo buscaba era algo que me relacionara con el Pilates, mientras estudiaba Psicología. Lo que me movía fundamentalmente era tener un modo de vida que me permitiera ser independiente, y aprender algo que me ayudara como nadador. El profesor que me enseñó a enseñar Pilates en Perú me cautivó tanto que, pasados unos meses, acabé viajando a la Universidad Católica de Córdoba, en Argentina, porque oí que ahí los fisioterapeutas (que ellos llaman kinesiólogos) usaban el Método Pilates como modo de rehabilitación. Al final, lo que parecía una brillante idea, supuso una sobreexposición a información y el resultado fue, simple y llanamente, que acabé con un “cacao mental” de primera categoría. Obviamente por mi propia inexperiencia y falta de conocimiento sobre todo el anatomía, camino que luego profundice con el paso del tiempo.
FP.: ¿Cuáles fueron tus inicios como instructor de Pilates en España?
A.L.: Como mencioné antes, desde los 16 años era profesor en un club de Perú. Cuando decidí venir a terminar los estudios de Psicología a España, también tenía intención de seguir profundizando en el mundo del Pilates. En este sentido tuve suerte, porque ya estábamos en la era de expansión del Facebook y las redes sociales. Antes de viajar a España aproveché para mirar toda la oferta de Pilates que podía haber en Santiago de Compostela y cuando llegué aquí pude compaginar los estudios con la profesión de instructor. Si no recuerdo mal, trabajé como en 9 centros diferentes.
FP.: Ser instructor es una cosa, y montar un estudio de Pilates otra muy diferente. ¿Cómo surgió esa idea en tu caso?
A.L.: Pues yo tenía las ganas pero, como siempre, la dificultad era económica. Lo primero que hice fue presentar propuestas a empresas, en busca de financiación. Eso nunca se sabe pero, finalmente, un club accedió a la propuesta. Trabajamos juntos durante dos y años y, transcurrido ese tiempo, decidimos establecer líneas independientes. Eso fue hace un año y medio y, para entonces, lo que me apetecía era comprobar qué se siente liderando tu propia empresa. Desde entonces tengo el estudio Pilates Antonio León.
FP.: ¿Qué encuentran tus alumnos en tu estudio de Santiago de Compostela?
Cuando yo llegué aquí no había tanta oferta como hay ahora. En mi centro, una de las cosas que me ha gustado y me gusta siempre hacer, es compartir las experiencias que voy adquiriendo. Siempre intento charlar sobre las cosas nuevas que voy aprendiendo y creo que eso ha contribuido al crecimiento del sector en la ciudad, al establecimiento de nuevos negocios, clubes, o centros de Pilates dentro de gimnasios.
En mi centro, básicamente entreno a grupos muy pequeños. Generalmente se trata de clases individuales, y si se trata de grupos, en ningún caso superan los 4 alumnos por clase. De todos modos, mi planteamiento es que todo alumno ha de recibir en primer lugar clases individuales. Para nosotros, llenar las aulas no es el propósito, sino que buscamos otorgar siempre la máxima calidad en nuestro servicio. En cuanto a la tipología, aquí se hacen todas las clases con máquinas, aunque incorporo el repertorio de suelo igualmente durante esas clases. Siempre, todo, se imparte personalizado a las necesidades de cada alumno en cada momento.
FP.: Ahora que sois centro anfitrión de las formaciones de BASI Pilates, ¿crees que cambiará algo?
A.L.: ¡Ya ha cambiado! ¡Y mucho! Primero en cuanto a la ilusión que trabajar con BASI me provocaba y que ya es realidad. Viví enamorado de BASI desde 2011, cuando leí el libro de Rael Isacowitz. En 2012 tuve la suerte de conocerlo en persona por primera vez y mi interés solamente aumentó. A raíz de aquello seguí más cercanamente sus actividades en los EE.UU, y puse interés en formar parte de su equipo. Antes de inaugurar mi sede, vi todos los host sites y me invitaron a la cumbre anual que celebran. Allí fueron unos 5 días completos de formación internacional, todos juntos. Esa experiencia, que fue hace poco, me llenó no sólo de ilusión, sino también de ciertas herramientas de las que, hasta entonces, carecía.
FP.: ¿A qué herramientas te refieres? ¿Puedes darnos algún ejemplo?
A.L.: Me refiero a cosas como qué criterios seguir para organizar correctamente una sesión. Maneras de tutorizar adecuadamente el proceso formativo de un alumno. Manejar una página web, y otras de ese estilo. Pero no sólo eso, estoy feliz además de haber podido revisar el repertorio con el propio Rael. Y por último, de haber interactuado con personas de 25 países diferentes, con lo que comparto una misma línea de trabajo, pero que lógicamente cada una aportan su propia experiencia y cuya orientación es siempre muy valiosa.
Todo esto es verdaderamente increíble, y algo a lo que no había tenido acceso hasta ahora, con lo que confío que los estudiantes y clientes se verán también beneficiados.
FP.: ¿Cuál es tu próxima ilusión?
A.L.: Por el momento lo que deseo es seguir creciendo de la mano de BASI Pilates, y seguir aprendiendo. Creo que esto es un proceso de por vida.
A parte de eso, naturalmente, deseo que el estudio siga creciendo, pero no en aparatos o en metros cuadrados, sino generando un equipo comprometido con las personas.
FP.: ¿Cómo podemos seguirte la pista?
A.L.: Creo que el modo más sencillo es a través de Facebook o Instagram. Pues son redes sociales que manejo mucho. O si vienes al Norte a hacer el Camino de Santiago puedes venir a tomar una clase y recomponer el cuerpo. Pronto me di cuenta de que los clientes habituales de todo el año, en Agosto se iban de vacaciones. Pero ahora, en su lugar, vienen a practicar Pilates los peregrinos. Es curioso pero normal, porque el Camino pasa justamente por aquí. Los veo pasar por la ventana.
FP.: Y por último, ¿qué le dirías a toda la gente que se empieza ahora sus estudios de pilates para convertirse en profesores, o a los profesores recién llegados?
A.L.: Creo que lo más importante que puedo decirles es que sientan el método Pilates con sus propios cuerpos, que no dejen de moverse. En mi opinión ésa es una de la mejor manera de poder transmitir el método. En segundo lugar, les diría que se animen a probarlo todo: que no se cuadriculen en una sola idea o estilo, que de todos los maestros y de todos los estilos siempre habrán cosas que valorar y aprende y por último que no olvidéis a nuestros mejores maestros que solemos tenerlos día a día y son nuestros propios clientes, esta allí la mejor formación continua que podamos tener.
Como centro anfitrión de BASI siento personalmente esa responsabilidad de formarme continuamente, y ahora también de ofrecer a otros la oportunidad de mantenerse en aprendizaje continuo.
FP.: ¿Hay alguna otra cosa que quisieras transmitir?
A.L.: Sólo transmitir mi profundo agradecimiento a todas las personas que me apoyan día a día, escribiría los nombres de cada uno, pero créeme que no terminaríamos nunca la entrevista, a mi gran equipo de personas que trabajan día a día en nuestro estudio a mis grandes maestros “mis clientes”, colegas, amigos, profesores de los cuales he tenido la suerte de poder aprender un poco de ellos y de su esencia .
A todos ellos muchas gracias.
FP.: Muchas gracias Antonio, ha sido un placer entrevistarte. Esperamos volver pronto a coincidir.
A.L.: Gracias a vosotros y saludos a todos.