Una publicación original de 3 de junio de 2016, por Manuel Alcázar en su blog whynotpilates
A la mayoría nos han hecho pensar que no servimos para algo. Un ejemplo muy claro lo habrás vivido en el colegio o el instituto: “es que yo no sirvo para las matemáticas” si no lo has dicho al menos lo habrás escuchado. De repente a mitad de curso llegaba ese profesor nuevo tan majete que se preocupaba por tí y eso que tan difícil te resultaba, te lo explicaba de nuevo y después usaba una manera diferente y si no funcionaba le daba otra vuelta… hasta que de repente como por arte de magia pensabas: ¡Lo tengo! Y no sólo te reenganchabas a la asignatura sino que de pronto se volvía interesantísima a la vez que se descubría que el torpe no era necesariamente el alumno.
Y es que no todos aprendemos igual. Por un lado porque la manera en que tú percibes el trato y el interés del profesor por tí te ayuda a mantener la motivación y las ganas de aprender y por otro lado porque cada persona es diferente, tiene unas capacidades diversas además de que cada cerebro procesa la información de manera diferente.
Los 4 estilos de aprendizaje.
Partiendo de la base de que una clase de Pilates no es sólo una hora de ejercicio sino un proceso de enseñanza-aprendizaje es interesante remitirnos al modelo de Kolb y sus cuatro estilos de aprendizaje. Porque posiblemente te encuentres reflejado en alguno de ellos e incluso te ayude a entender un poco mejor a esos alumnos difíciles que todos tenemos.
Alumnos activos. Se involucran totalmente y sin prejuicios en las experiencias nuevas. Aprenden a través del desafío, suelen ser entusiastas ante lo nuevo y tienden a actuar primero y pensar después. Llenan sus días de actividades y tan pronto disminuye el encanto de una de ellas se lanza a la siguiente. La pregunta que quieren responder con el aprendizaje es ¿Cómo?
Todos conocemos a esos alumnos a los que les gusta el reto, la novedad, el material nuevo, las situaciones de desequilibrio, la variación más compleja… Son alumnos atractivos para el instructor aunque a veces haya que pararles los pies para que no sólo actúen sino que también sientan y escuchen.
- Alumnos Reflexivos. Tienden a adoptar la postura de observador que analiza sus experiencias desde muchas perspectivas distintas. Recogen información y analizan detalladamente antes de llegar a una conclusión. Son precavidos y analizan todas las implicaciones de cualquier acción antes de ponerse en movimiento. La pregunta que quieren responder con el aprendizaje es ¿Por qué?
Especialmente aquellos alumnos que han tenido o padecen alguna dolencia o lesión. Los que buscan en Pilates un fin que va más allá de disfrutar del ejercicio. No les vale cualquier explicación, no te van a creer por que sí, quieren que les des razones. Ya te conté en este artículo por qué es importante que un alumno pregunte ¿Por qué?
- Alumnos Teóricos. Adaptan e integran las observaciones que realizan en teorías complejas y bien fundamentadas lógicamente. Piensan de forma secuencial y paso a paso, integrando hechos dispares en teorías coherentes. Les gusta analizar y sintetizar la información y su sistema de valores premia la lógica y la racionalidad. La pregunta que quieren responder con el aprendizaje es ¿qué?
Todos tenemos en nuestras clases médicos, fisioterapeutas personas con conocimiento en anatomía que quieren entender qué está pasando en su cuerpo aquí y ahora. O especialistas en otras técnicas de movimiento que quieren entender similitudes o diferencias de enfoque entre el Pilates y su disciplina.
- Alumnos Pragmáticos. Son básicamente gente práctica a la que le gusta tomar decisiones y resolver problemas. Les gusta buscar ideas y ponerlas en práctica inmediatamente, les aburren e impacientan las largas discusiones sobre lo mismo. Los problemas son un desafío y siempre están buscando una manera mejor de hacer las cosas. La pregunta que quieren responder con el aprendizaje es ¿qué pasaría si…?
Este tipo de alumno necesita la explicación clara, el componente funcional del ejercicio. Cómo me ayuda o en qué me mejora este movimiento mi día a día. No les vengas con explicaciones etéreas o lo intentes con imágenes visuales porque no sirven.
¿Cuál es la mejor manera de enseñar Pilates?
Posiblemente nunca te habías parado a pensarlo pero te habrás encontrado al recibir cursos con estilos de enseñanza muy diferentes. Algunas en las que sólo te explicaban ejercicios y no parabas de moverte; otras en las que utilizaban un power point y te daban información teórica; otras en las que existían unas pautas a desarrollar muy concretas y específicas; las hay con propuestas más abiertas, experimentales y participativas… No es el único factor por supuesto pero la manera en que tú aprendes afecta directamente en que le sacaras mayor o menor partido y por lo tanto que te gustara más o menos esa formación. Esto no significa que exista una manera mejor de enseñar como no existe una manera mejor de aprender. El reto del buen instructor una vez más está en saber combinarlas si trabajas con grupos y en utilizar la más adecuada con cada alumno si impartes clases individuales. Y después de leer ésto:
¿Cuál dirías que es tu estilo de aprendizaje en el Método Pilates?