Estas podrían ser palabras de alguna página de cualquier libro de Joseph Pilates. Pero en esta ocasión se trata del título de un libro, escrito por Eugen Sandow y publicado por primera vez en 1919.
En este artículo te presentamos un escrito original de Jonathan Grubb, un instructor de pilates ubicado actualmente (2020) en la Isla de Man, y que administra un grupo de Facebook muy interesante llamado Joseph’s Legacy – Pilates 100 +
Hablamos de Eugen Sandow, cuyo trabajo sirvió de inspiración para la obra de Joseph Pilates.
¿Quién fue Eugen Sandow?
Nacido el Prusia en abril de 1867 bajo el nombre ‘Frederich Wilhelm Muller’, más tarde cambió su nombre a Eugen Sandow y se convirtió en ciudadano británico. Se convirtió en un famoso «Culturista Físico» (gurú de la salud y el acondicionamiento físico) y fisicoculturista, y era conocido en todo el mundo, después de haber visitado Estados Unidos, Australia e India. Incluso visitó la Isla de Man para actuar en 1901 y le dio una entrevista muy interesante a un periodista local, ¡que probablemente no haya sido leída por nadie en más de 100 años!
Sandow tenía una revista mensual, comercializaba su equipamiento, escribió libros y estableció Centros de Cultura Física donde se enseñaba el Sistema Sandow, al menos 2 de los cuales se abrieron aquí en la Isla de Man.
Era la superestrella de su época y era amigo del rey Jorge V y Sir Arthur Conan Doyle (un autor inglés que escribió las novelas de Sherlock Holmes). Un periódico local en la Isla de Man informó que ganó £ 120 por semana en 1896; ¡que al valor actual sería la asombrosa cantidad de £ 16,000 por semana (unos 17.800 €)!
Sandow se instaló en Londres en 1906 y lamentablemente murió relativamente joven en 1925 de un aneurisma aórtico. Sandow se había convertido en ciudadano británico muchos años antes de la Primera Guerra Mundial y, como resultado de su ciudadanía británica, no fue reclutado durante la Guerra.
Es lógico suponer que Joseph Pilates tenía pleno conocimiento de Eugen Sandow, ya que el propio Pilates se mudó a Londres antes del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 y le habría resultado difícil no conocer a alguien de esa talla en el mundo de la cultura física.
Como parte de la investigación para la biografía «Hubertus Joseph Pilates, The Biography» por Pont y Romero (2013), August Benkert (un amigo de toda la vida de Joseph Pilates) fue entrevistado y declaró que su amistad y la de Pilates se desarrollaron debido a la admiración compartida por Sandow.
Según mis propias observaciones e investigaciones, los ejercicios y el equipo de Sandow son generalmente diferentes a los creados por Joseph Pilates, pero es interesante observar las diversas influencias en la vida de Pilates.
El equipo que Sandow desarrolló y comercializó incluyó pesas que tenían resortes en el interior, lo que le permite al usuario aumentar la resistencia y desarrollar más fuerza en el agarre mientras usa las pesas. El desarrollador Sandow (se puede ver en la foto grande que hay más arriba) fue otra pieza popular del equipo de gimnasio para el hogar que a menudo figura en las secciones de «compra y venta» de los periódicos de la Isla de Man a principios del siglo XX. Uno de los artículos de periódico a continuación reporta sobre una visita a una Escuela de Cultura Física y afirma que la escuela contenía 20 Desarrolladores Sandow.
En el ámbito actual, creo que es apropiado cerrar esta publicación con algunas de las propias palabras de Eugen Sandow. La introducción a su libro de 1919 «La vida es movimiento» dice lo siguiente:
“He escrito este libro con placer, pero no por placer. Por otro lado, es un intento serio de lidiar con uno de los problemas más grandes que haya confrontado la civilización para encarar una crisis, en la que el terrible baño de sangre del que acaba de salir el mundo no es más que una menudencia. Porque trata con la seria amenaza del deterioro físico y la prevención y erradicación de la enfermedad, el enemigo más devastador que la humanidad haya tenido que enfrentar. Donde la guerra ha matado a millones, la enfermedad ha matado, y está matando, a decenas de millones”
Escrito por Jonathan Grubb
Traducido por Cristina Rondón