La respiración es una sinfonía de movimientos poderosos y sutiles a la vez, que masajea nuestros órganos internos, hace vibrar nuestras articulaciones, tonifica y libera de tensiones nuestros músculos, relaja nuestra mente… Ese una fuente de energía primordial, relacionada con nuestros pensamientos y nuestras emociones. Es un movimiento corporal completo, cada parte debe actuar en sintonía con las demás.
Entrar en contacto con nosotros mismos y modificar nuestro patrón respiratorio, induce mejoras en nuestro estado general.
En el método Pilates la respiración es esencial, de hecho es uno de sus principios clave, ya que ayuda a controlar los movimientos, permite oxigenar los músculos, facilita la estabilización de la columna y la movilización de las extremidades; ayuda a relajarse y ser conscientes de las tensiones acumuladas en el cuerpo.
La respiración es parte integral de cada ejercicio, siendo siempre coordinada con el movimiento, contribuyendo a dirigir la energía a la zona que se está trabajando. Se utilizan el diafragma y los músculos intercostales, activando músculos abdominales transversos, para conseguir mantener estable la región lumbopélvica. El diafragma puede desplegar su potencialidad gracias a la musculatura abdominal, a la movilidad de las costillas y de la columna vertebral.
El proceso de la respiración es inseparable de la salud, tanto física como mental. Intentar mejorar la respiración mediante un flujo consciente que fluya de lo profundo de nuestro ser y centrarse en el proceso respiratorio: percibirlo, explotarlo y ejecutarlo, es la manera de comenzar a ocuparnos de nuestra salud.
Práctica:
Encontrar una posición de relajación neutral, tendido en posición supina.
Apoyar una mano sobre el vientre debajo del ombligo y la otra sobre el esternón.
Comenzar respirando normalmente y luego centrarse sobre el abdomen, sentir poco a poco cómo durante la inhalación la columna se alarga, cómo se ensancha la zona pélvica, exhalando prueba a sentir cómo los abdominales se contraen y cambia el apoyo de la espalda y de la pelvis sobre el suelo.
Gabriela Ringuelet
g_ringuelet@hotmail.com